La alienación/1
ALLÁ en los años mozos, fui cajero de banco.
Recuerdo, entre los clientes, a un fabricante de camisas. El gerente del banco le renovaba los préstamos por pura piedad. El pobre camisero vivía en perpetua zozobra. Sus camisas no estaban mal, pero nadie las compraba.
Una noche, el camisero fue visitado por un ángel. Al amanecer, cuando despertó, estaba iluminado. Se levantó de un salto.
Lo primero que hizo fue cambiar el nombre de su empresa, que pasó a llamarse Uruguay Sociedad Anónima, patriótico título cuyas siglas son: U.S.A. Lo segundo que hizo fue pegar en los cuellos de sus camisas una etiqueta que decía, y no mentía: Made in U.S.A. Lo tercero que hizo fue vender camisas a lo loco. Y lo cuarto que hizo fue pagar lo que debía y ganar mucho dinero.
da El libro de los abrazos, Eduardo Galeano
nota: in coda alla cassa del supermercato mi diletto spesso ad osservare -con non poco rammarico- le abitudini consumeristiche dei miei concittadini; poi qui in Italia è anche l'unico modo per dare un senso alla fila, chissà perché, sempre lunghissima.
La bellezza è tutt'intorno a noi.
Riuscire a scorgerla è il segreto di una vita appassionata.
Riuscire a scorgerla è il segreto di una vita appassionata.
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